Adolfo Garijo hace su primera incursión en la novela de ficción histórica. Es médico de familia, guionista y director de documentales y cortometrajes. Tiene en su trayectoria algunos galardones: Premio al “Mejor Cortometraje” en el festival de cine de Elche, premio europeo “La Viña y el Vino” a la mejor película publicitaria, y en su última producción, “Historias de la Tele Prisión”, ha obtenido el premio del público 2019 al mejor largometraje en el Festival de Cine Social de Cataluña, CLAM.
-Hola, Adolfo, encantado de hacerte esta entrevista para que nuestros lectores te conozcan un poquito más, a ti y a tu recién publicada obra. La primera pregunta que siempre hago a los escritores que entrevisto es si un escritor nace o se hace. ¿Cuál es tu opinión a este respecto?
Primero nace, y poco a poco, se hace. A base de experiencias, observaciones, lecturas. Generalmente, antes de escribir, existe la pasión por la lectura. Leer a autores que dominen el idioma propio y tengan facilidad para expresarse es fundamental. Se aprende empapándose de lecturas. Para crear algo nuevo, antes hay que copiar mucho y saber elegir, para copiar a los mejores y crear, si se puede, a partir de ellos.
-Acabas de publicar en Amazon, con los servicios de BooKyAM, una novela titulada Los régulos y el rey. ¿En qué género la incluirías: novela histórica o novela de aventuras?
Quizá, aventura histórica. Que engloba un poco los dos términos. Me gustaría haber encontrado un lenguaje mediante el cual el lector se sumerja en la época y perciba allí gente y pasiones como las nuestras. He intentado reflejar una sociedad, la de la Península Ibérica, más de quinientos años antes de Cristo, cercana al resto de las sociedades que rodeaban el Mediterráneo. Quizá no comparto el mito que nos enseñaron en la escuela, de que los romanos trajeron a esta península toda la cultura y toda la civilización, que quizá existían en este territorio desde hacía muchos siglos. A lo mejor tenemos que apreciarnos, al menos históricamente, un poco más.
-Por tu biografía, sabemos que has dirigido películas y documentales, además de cortos, y que también has escrito guiones… Ahora, acabas de publicar tu primera novela, como dije antes, Los régulos y el rey. ¿Qué diferencias encuentras entre una y otra composición literaria? ¿Tiene algo que ver, alguna similitud, la escritura de un guión y de una novela?
Para escribir un guion tienes que saber pensar en imágenes y conocer la técnica. Cuando yo intento componer una novela, no me alejo de este esquema: describo las imágenes que acuden a mi cabeza, pero el lenguaje es completamente diferente. El lenguaje literario es más seductor, evocador y envolvente. Se disfruta más con él.
-Cuando escribes, ¿tus textos parten de una imagen o de una idea?
Casi siempre parten de una idea que te proporciona gran cantidad de imágenes y situaciones sugerentes, pero sobre todo debe ser un tema, o una situación que quieras compartir, e intuyes que los lectores quieren dejarse sorprender con esa temática, esas imágenes, esas situaciones. Porque, de una u otra forma, van a enriquecer al lector de alguna manera.
-Supongo que alguna vez te habrá pasado que te sientas a escribir y no te sale nada, pero ¿cómo te enfrentas tú a la página en blanco?
Siempre me salen cosas. Lo que ocurre es que, muchas veces, no valen para nada y acaban en la papelera. Cada uno tiene sus fantasmas y los míos tienen que ver con la papelera llena, aunque sea la del ordenador. Me desespera, a veces, constatar que he tirado todo el trabajo del día, o de la semana, que es peor…
-No sé si será tu caso, pero habrás oído que casi todos los escritores siguen (seguimos) algún “ritual” a la hora de escribir (escribir siempre en el mismo lugar, a la mismas horas, con la misma luz…) ¿Qué proceso sigues tú a la hora de escribir?
Me salen mejor las cosas por las mañanas. Después de un desayuno y un paseo. Suelo dictar al ordenador. Me expreso mejor, con menos limitaciones. Luego corrijo con dos dedos muy veloces. Nunca aprendí mecanografía. La posibilidad de dictar, para mí, ha sido una gran ayuda. Soy un escritor que dicta.
-¿Cómo te planteas una obra literaria antes de comenzar su escritura, ya sea un guión o una novela?
Quizá necesite sentir pasión. Que el tema, o la trama, o los personajes, me provoquen sentimientos, aunque estos no sean agradables. Y notar que puedo transmitir esas sensaciones. Quizá soy más visceral que cerebral. Uso la razón para ordenar los sentimientos que toda obra pretende transmitir: amor, cólera, dolor, simpatía, envidia, vergüenza, valentía o cobardía….
-Como dije antes, acabas de autopublicar tu libro Los régulos y el rey. ¿Estructuraste esta obra de alguna manera?
Me documenté durante dos años antes de tener una idea aproximada de las diversas versiones sobre lo que había ocurrido con Tartesos y cómo eran las relaciones de los pueblos que rodeaban el Mediterráneo en ese periodo histórico. Me sorprendió ver que, cosas como el comercio, las relaciones de poder, la capacidad de recorrer el mundo, ya estaban ahí. Que no eran pueblos atrasados y miserables, sino sociedades muy vivas y relacionadas, las de una y otra orilla del mar, a través, fundamentalmente, del comercio. A partir de ahí, diseñé una estructura relacionada con el conflicto por el estaño, que era el petróleo de la época. Luego, los personajes reclaman su vida y en muchos casos te transforman la historia.
-Al ser una novela histórica, habrás tenido que documentarte… ¿Qué te costó más: la documentación o la propia escritura de la novela?
La documentación fue difícil, porque hay muchas opiniones, pero no tantas certezas. Lo que se sabe ha surgido de las excavaciones y los materiales de la época encontrados. No he contado con ningún equipo de asesores y eso hace más penoso el proceso. La escritura de la novela ha tenido momentos de gran disfrute personal, pero he tenido que someterla a muchas correcciones y eliminar gran cantidad de texto. No ha sido fácil, desde luego, porque los personajes, una vez creados, reclaman su espacio, su propia historia, y eso implica revisar y sustituir: cambiar lo que ya dabas por hecho.
-Adolfo, nadie mejor que tú para hablarnos de tu libro (como decía el gran Paco Umbral)… ¿Puedes contarnos de qué trata?
Trata de las gentes de un territorio, que ahora es el nuestro, donde convivían cazadores-recolectores, clanes formadores de ciudades y núcleos urbanos -los costeros- que son grandes centros comerciales. Unos colaboran entre ellos y otros luchan entre sí.
-Por lo que dices, eres un amante y un estudioso de la historia; pero ¿por qué escribiste esta novela sobre un tiempo ya tan lejano y tan desconocido para cualquiera? ¿Por qué no, por ejemplo, sobre los romanos?
Sobre los romanos nos hicieron estudiar en la escuela. Se nos han presentado como si fueran el origen de toda semilla de civilización. Pero no es así. Existía una cultura mediterránea muy antigua, desconocida aún en gran parte, de la que los romanos fueron continuadores. Yo he tratado de rescatar y dar a conocer los nombres de los clanes iberos -los que conocemos al menos- de sus dioses, casi también desconocidos. Su forma de vida, el origen y el fin del reino más conocido: Tartesos. Y otros nombres de clanes desconocidos para el público no especialista, como turdetanos, vacceos, oretanos… lo que estaba siendo el origen de ciudades estado en la península ibérica, que quizá se abortó por el contacto con el imperio cartaginés. La novela es un vehículo ameno para difundir estas cosas, para conocer nuestra historia.
-Parece que esta época es una etapa de la historia no muy conocida por el público en general, quizá porque no hay demasiadas obras que traten de ello… ¿Encontraste mucha información sobre esta época y sobre estos pueblos que poblaban Iberia para documentarte?
No hay mucha información. No se ha descifrado la escritura, ni ha habido dinero para grandes campañas de excavación. Acudí a tesis doctorales, que hay muchas y de gran calidad. Y a autores conocidos. El que mejor me ha ilustrado ha sido Sebastián Celestino Pérez.
-En general, según nos cuentas en la sinopsis de la novela, es un libro de aventuras ambientado en esa época de la historia… ¿El lector, además de entretenerse, crees que puede aprender algo sobre aquellos pueblos pre-romanos que habitaron la península ibérica?
Eso he pretendido, que el lector se familiarizara con los diversos clanes que poblaban la península. Sus nombres, sus dioses, sus ambiciones. Con las guerras comerciales que vivían, no tan diferentes a las de nuestra época. Y su forma de vida, que desde luego no era la de tribus ignorantes a las que tenían que civilizar desde fuera. En la novela se intenta dar una visión general de la península en el siglo VI a. de C. y de las relaciones de los pueblos del mediterráneo en la época.
-¿Te has encontrado alguna vez con dificultades para conseguir editor, o nunca te planteaste otra cosa que no fuera autoeditar?
A todos los autores nos gustaría tener una gran editorial detrás, pero conseguir editor, para un autor nuevo, es prácticamente imposible, y muchas de las editoriales de autoedición son auténticas estafas con las que el autor novel debe tener mucho cuidado para no perder el dinero y el control sobre su obra. Ahora, Amazon ofrece un buen escaparate a los autores, con unas condiciones aceptables y no esclavas.
-Ahora que ya tienes tu novela publicada y que muchos lectores se sentirán atraídos por ella… ¿cómo los imaginas?
Todavía no los imagino. Cuando tenga los lectores, comenzaré a imaginarlos y podré creer que he hecho algo aceptable, que divierte y entretiene a la gente. No soy tan presuntuoso como para dar por seguro algún tipo de éxito. Si la gente se siente atraída por mi novela, lo consideraré una bendición. Me sentiré agradecido.
-Adolfo, ahora que has entrado de lleno en el mundo de la literatura, ¿cómo ves tú el actual panorama literario español? ¿Le ves futuro? ¿Crees que la gente lee cada vez más?
Yo creo en el gusto de la gente por leer. Lo audiovisual le comió mucho espacio, en su día, a la literatura. Pero, hoy día, las cosas se han equilibrado. Hay muchas publicaciones, muchos autores. Y el número de títulos publicados aumenta sin parar.
-Adolfo, ¿cuáles son los libros que, de alguna manera, te han marcado como persona y como escritor (o cineasta)?
Muchos, muchos. Para empezar, La Ilíada y La Odisea, que tuve que traducir de joven. La Anábasis. El Lazarillo de Tormes. Los libros de Tarzán, que devoraba en la adolescencia a la sombra de una higuera… Más actuales, cercanos y presentes, algunos títulos de Antonio Pérez Henares, de Reverte y de Posteguillo
-¿Crees que es posible que la literatura haga reflexionar a la sociedad?
Sí. Pero ahora compite en desventaja con la TV, que opera desde dentro de las casas y, en muchos casos, es un comecocos peligroso e implacable, al que la gente ni sabe, ni puede mantener su influencia a raya, mentalmente me refiero. Con la literatura, el lector reflexiona sobre las opiniones del autor; con la TV, casi siempre absorbemos las reflexiones del poder económico o político.
-Por tu experiencia como director y guionista, y ahora como novelista, ¿qué consejo o consejos le darías a un escritor principiante?
Que ser independiente cuesta mucho. Es más fácil trabajar al abrigo del poder, que ahora lo cubre casi todo, pero esto es el preámbulo de un consejo. El consejo en sí sería: lee mucho, sobre todo si eres joven. Lee a los clásicos y a autores modernos escogidos. La clave para escribir es saber imaginar y haber leído. Sin lectura y sin imaginación no hay escritor de calidad. Luego ya, si quieres triunfar, tiene que intervenir la casualidad, o el destino, como decían los antiguos.
-¿Actualmente estás trabajando en algún nuevo libro, Adolfo, o en algún nuevo proyecto de cine? ¿Podrías adelantarnos algo?
Tengo tres frentes abiertos: uno es un relato novelado sobre mis andanzas en el Colectivo de Cine de Madrid, en la Transición, rodando de forma ilegal las manifestaciones y entierros de manifestantes de aquella época peligrosa. Hice un primer relato hace años, que estoy reformando. He hecho una estructura de historia sobre un personaje famoso del descubrimiento de América, que pugna por ser el candidato a la próxima historia. Y, sin quererlo, hago el diseño, poco a poco, de otra novela situada también en el siglo VI a.de C. Veremos cuál de estos proyectos nace, o acaba en la papelera.
-¿Dónde pueden encontrar los lectores tu nuevo libro y en qué formatos?
Por ahora, en Amazon. Bien en libro electrónico, o en papel.
-Ha sido un placer realizarte esta entrevista, Adolfo. Espero y deseo que esta novela, Los régulos y el rey, sea todo un éxito. Muchas gracias por tu tiempo y un fuerte abrazo.
Un placer haber trabajado contigo, Enrique. Un abrazo.
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