Xiana no solo denuncia la tribulación y actitud social ante ella misma, sino ante demasiadas mujeres, niños, hombres, ancianos, animales… y no se queda ahí. Además, pone de relieve el telón que pretende cubrir la hipocresía ciudadana, que camina tapándose los ojos por doquier. A los tres poderes que ponen un tupido velo a las leyes, que bien pueden ser restauradas para ser aplicadas por la justicia con más severidad. Cuando una nación como la nuestra, u otra cualquiera, se contamina de la no implicación severa, es complicado comprender a los defensores y justicieros que aplican el peso al reo.
Xiana tuvo que reconstruirse con los pedazos de la esperanza, creyendo en el futuro y borrando el pasado, minuto a minuto, según iba transcurriendo el tiempo. Ella nunca permitió que los golpes, violaciones y privación de libertad aniquilasen el continuo machaqueo a su cuerpo y espíritu.
¿Qué pretende la autora con Xiana. El desenlace de Xiana y os valles verdes? Quizá irradiar una luz estimulante, complicada de aplicar; tanto, que en las situaciones más duras ni siquiera somos capaces de ver para tomar decisiones que nos puedan salvar la vida.
Esta segunda y última parte de Xiana y os valles verdes, que sale con el título "Xiana. El desenlace de Xiana y os valles verdes", es la culminación a casi mil páginas en las que el lector encontrará la bondad y la inocencia de una mujer que sufrió los reveses de la vida sin contemplaciones, encajándolos con paciencia y positivismo y no cayendo nunca en dramas que pudieran hacerle caer en el abismo.
Xiana es una mujer que luchó contra las adversidades y que supo tratarlas de tú a tú sin ambages, posicionándose en el lado de los buenos, en la orilla verde y esperanzadora de este río turbulento que es la vida.
Con esta segunda parte -y última, como digo-, la autora nos adentra en el mundo de las prisiones, donde no todo es lo que parece, ni todo es lo que nos cuentan. Con sutil maestría, y con un argot judicial bien estudiado, Shiva Castellanos nos va llevando por los recovecos judiciales, amalgamando las leyes con la inocencia (nunca mejor dicho) y con la delicadeza de una mujer que sufrió en sus carnes las humillaciones y vejaciones que no muchos seres humanos seríamos capaces de soportar.
La culminación de este libro, su "desenlace", a todos nos dejará con la boca abierta... Apuesto por ello.
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