Shiva Castellanos nació en el pueblo de las Pedroñeras, provincia de Cuenca.
Desde los doce años reside en Madrid. Después de dedicarse a varias actividades como arte dramático, dirección de empresas, telecomunicaciones, servicios, moda y estilismo, dejó el mundo de la empresa para dedicarse por entero a lo que era su vocación desde niña: el estudio e investigación de lo que ella solía llamar mundo de otras realidades, como el de los SUEÑOS y las capacidades de la mente. Fundó El Centro de investigación Parapsicológica SHIVA S.L., donde rescata otra de sus pasiones: escribir. Laboratorio de sueños y La Caja mágica, son una pequeña parte de su obra. A partir de ese momento comenzó a escribir novelas y cuentos de diferentes géneros, sin dejar la investigación del mundo onírico.
Como escritora, se la podría catalogar como la Almodóvar de las letras, no solo en este libro, si no en casi toda su obra, la cual denota ese puntillo castellano tan personal, que da luz a las costumbres, franqueza, humor e ironía.
Le da igual el género en el que recrea sus historias literarias: ciencia ficción, realismo, fantasía y más y más, su imaginación es inagotable, al igual que sus ideas. Da la sensación de haber encontrado la fuente por la que fluyen.
Tiene algunos de sus libros traducidos al ruso o francés.
La autora nos relata viejas, pero posibles, historias sobre la vida de unos flemáticos y predominantes personajes que los seres más queridos y cercanos intentan dirigir. Los relatos exponen el comportamiento humano normal, pero, a su vez, contienen una carga de psicología, magia y fantasía viva, fresca, sin charlatanería y, aunque parezca una incongruencia, envuelta en realismo.
Frente al lector, independientemente de su edad, se abre un mundo antiguo y pudiendo comprobar que la sinapsis humana solo se ha desarrollado mediante las necesidades de culturizar a los iletrados, consiguiendo una evolución que seguirá, de por vida, girando sobre la misma rueda de fábulas y creencias, que solo el hombre, hadas, magos y brujas pueden conseguir con sus conocimientos, tejiendo la perpetuidad de este nuestro universo.
“La Dama de la Ortiga Verde” es una historia sobre las clases dominantes que quedará permanente en la mente del lector. Quien lea “Camelia la Payasa” quedará preso de inmediato en una historia que no deja indiferente, porque se desarrolla en una etapa en la que la mayoría de los mortales entramos. Salir es ya otra historia. “Las Vidas de Nacaroso” son intensas, aunque él, viejo y encantador reloj, pasa por ellas difundiendo sus campanadas que despiertan y alertan contra la latente maldad que yace en algunos individuos. Nácaroso no es invisible, pero todos los días intenta mantenerse al margen de esa seducción mortal de las ilusiones que acaban en aceptaciones mundanas de sus amos.
Se trata de tres relatos o novelas cortas ambientados en la segunda mitad del siglo XIX, donde la autora nos muestra a unos personajes atormentados y desgraciados que, por una cosa u otra, van emergiendo entre su angustia y van a encontrar el ser que perdieron, el ser que algún día fueron.
Son personajes sencillos, con sus virtudes y sus defectos, con sus alegrías y sus desgracias, que van avanzando en la existencia como lo hacemos cualquiera de los que nos movemos por esta procelosa vida que nos envuelve y engulle. Son personajes que luchan, que lloran, que odian y que envidian... Pero que llegan a la conclusión final a la que todos los personajes de la vida llegamos, dándonos cuenta del mal o el daño que hayamos podido causar, algunos arrepintiéndonos y otros no. Son personajes, como digo, muy bien elaborados, con la maestría de una autora que ya tiene varios libros en su haber productivo. Son personajes sacados de la misma realidad y, si no ellos, al menos, sus virtudes y sus miserias, sabiamente llevadas y repartidas por la autora en cada uno de los individuos que pululan por las páginas de esta preciosa obra.
Pudiera considerarse un libro para jóvenes, pero -a mi entender- nada más allá de la realidad. Es un libro para "todos los públicos", el cual deberíamos leer todos los adultos para vernos reflejados en sus páginas y aprender a apreciar al prójimo un poquito más de lo que lo hacemos en la realidad... El mundo, muy posiblemente, sería mejor de lo que es ahora.
Un libro escrito con sencillez y profundidad, con filosofía y amor, al mismo tiempo. Una obra muy recomendable para encontrarnos con nosotros mismos y con la propia vida que nos toca escalar día a día.
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