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Foto del escritorBooKyAM Serv.Editoriales

SER ESCRITOR Y NO MORIR EN EL INTENTO

Actualizado: 24 ago 2021


Un escritor ¿nace, o se “hace”?

Hay muchas personas que quieren escribir, que reciben esa “llamada” indicándoles que quieren ser escritores. Pero no se dan cuenta de que, en primer lugar, precisan esa cualidad innata que les cubra esa necesidad de plasmar las historias que bullen en su mente en un papel que, después, pueda transformarse en un libro editado y publicado. Yo, a esa “cualidad innata” la llamo inquietud. No creo que la capacidad de un escritor para contar una historia sea un don recibido de una divinidad o de la propia naturaleza, creo en esa inquietud que surge cuando uno es bien joven, y que se acrecienta por las múltiples lecturas a las que te has sometido.

Es cierto que un escritor “nace” porque tiene la necesidad de escribir historias, de contar lo que su imaginación pergeña, pero es bien claro que ese futuro escritor necesita una preparación, un entrenamiento, que le haga llegar a escribir de una manera eficaz, sabiendo llegar y sorprender al lector. Esa preparación llega, en primer lugar, leyendo incansablemente, aprendiendo de los autores que nos preceden y a los que admiramos; y en segundo lugar, realizando talleres literarios, cursos de escritura, tertulias, etc. Un futbolista, que está llamado a ser una gran estrella en su deporte, nace con unas inquietudes y unas grandes aptitudes para llegar a ser uno de los grandes, pero su preparación es indispensable para llegar a serlo y no fracasar. Y, al igual que este futbolista necesita entrenar a diario para mantenerse en lo más alto de la tabla, el escritor también necesita ejercitarse todos los días, escribiendo y aplicando aquellas técnicas aprendidas en los talleres y cursos, leyendo sin descanso a otros autores, admirando su obra, sorprendiéndose y deleitándose con ella, y, por consiguiente y sin ninguna duda, aprendiendo cada día.



Un escritor nunca deja de aprender

Un error muy común en aquellas personas que deciden iniciarse en la escritura es pensar que, como tienen varias carreras universitarias y no sé cuántos Masters, que son adultos y que tienen un amplio bagaje cultural en su vida, no necesitan instruirse y se ponen a escribir sin miramientos. Su fracaso está garantizado.

Cualquier persona con cierta cultura y preparación será capaz de escribir una carta, un artículo basado en la disciplina que controle, etc; pero llegar a escribir un texto literario es muy distinto. Un escritor debe aprender a llegar al lector, a que este se emocione con una frase, con un párrafo, con el texto completo, jugando con todas las posibilidades que el lenguaje nos ofrece. Llegar a los sentimientos y emociones del lector es sumamente difícil si no se controla alguna de las técnicas existentes, las cuales se pueden llegar a identificar en las lecturas si lo hacemos con actitud crítica, o en los talleres y cursos literarios antes mencionados.



El escritor: un ser imperfecto

Jamás deberemos pretender llegar a la perfección. La perfección absoluta no existe. Un escritor, por el mero hecho de ser humano, también es imperfecto, por muy buena que sea su obra y por muchos ejemplares que haya vendido. Un escritor, como cualquier otro profesional, debe aprender a ser cada día mejor, cada día más perfecto, con humildad, y siendo consciente siempre de que la perfección absoluta es inalcanzable.



Escribir para alcanzar la fama

Hay escritores (yo los llamaría pseudoescritores, más bien) que han acudido a numerosos talleres literarios con la simple (o compleja) idea de aprender a escribir textos literarios lo más pronto posible, con la intención de publicar sus obras rápidamente, vender muchos ejemplares y hacerse ricos. Eso es un error. A muchos escritores que empiezan siempre les digo lo mismo: “debes escribir porque tu corazón, tu alma, necesitan que escribas”.

Es evidente que cualquier escritor escribe para ser leído. Esa es la idea. Y cualquier escritor con mayúsculas se sentirá muy halagado si alguien, aunque solo sea una persona, lee su obra y le hace comentarios sobre la misma, aunque sean negativos.

Es muy difícil vivir de la literatura. Esta es una premisa que cualquier escritor que comience debe tener clara. Y siento ser un cenizo, pero es así. Solo unos cuantos llegan a vivir de la literatura, juntando las ventas de sus libros, la creación de artículos diarios en periódicos o revistas y múltiples conferencias en distintos eventos. Y solo unos pocos, muy pocos, llegan a hacerse millonarios con las ventas de sus obras.

He conocido a muchos escritores, y puedo afirmar que el verdadero escritor es aquel que escribe porque disfruta haciéndolo, porque tiene la necesidad imperiosa de contar una historia, porque se divierte escribiendo (aun siendo consciente de que es un trabajo arduo), pensando en que algún día alguien llegará a leerle.

El escritor, desde que comienza a serlo, se enfrenta a numerosos problemas y dificultades. Hoy en día hay mucha gente que escribe, aunque la mayoría son pésimos escritores o solo lo hacen con el afán de ganar fama y lectores que les reporten suculentos y rápidos beneficios. Las editoriales se ven desbordadas y, como es lógico, seleccionan mucho los textos que les llegan. El escritor que solo quiere fama y dinero, se sentirá frustrado cuando reciba contestación de todas las editoriales a las que ha enviado su manuscrito, denegándole la publicación de su obra, eso sí, con las mejores y más educadas palabras del mundo; y lo más probable es que arroje la toalla y nunca más vuelva a escribir nada.

El escritor de verdad, también se enfrentará a numerosos problemas y dificultades, recibirá las mismas contestaciones de las editoriales denegándole la publicación de su obra, y también se sentirá triste, pero seguirá escribiendo y creando historias porque esa necesidad es superior a todos los problemas y desgracias que le puedan acaecer.



Por ello, a modo de resumen:

-Debes escribir si verdaderamente lo necesitas, si sientes esa necesidad.

-Aunque tengas aptitudes claras para la escritura, para crear historias, nunca dejes de aprender.

-Compagina la lectura con la escritura. Todos los días ESCRIBE, ESCRIBE, ESCRIBE… Pero también, todos los días LEE, LEE, LEE…

-Intenta siempre jugar con los sentimientos, con los tuyos propios si es preciso, para hacer que el lector, cuando haya un lector, se emocione.

-No escribas pensando en los lectores (aún no tienes), escribe pensando en tu alma, en tu corazón; ellos son los primeros que disfrutan con tu escritura.

-No busques la perfección, no existe. Trata de hacerlo cada vez mejor.

-La fama es efímera, no la busques. Busca escribir cada día mejor. Diviértete con lo que escribes y escribe porque no puedes vivir sin hacerlo.

-Sé siempre humilde. Tu estilo como escritor lo agradecerá y tus lectores, aún más.


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